Toca celebrar un mes exacto en que inicié mis funciones en
forma como director de mi escuela primaria. Y aclaro que es un mes, aunque mi
oficio de comisión indique que desde el 16 de junio pasado fui asignado a
ocupar tan digno cargo.
Son tantas las emociones y sobre todo, las situaciones que
he experimentado desde ese lunes 19 de agosto, fecha que jamás olvidaré: decir
a dos grupos (casi 80 niños) que sus “AULAS” serían los árboles… ¡no se me
borrará jamás de mi corazón! Yo mismo me sorprendo todos los días, que al
despertarme lo primero que hago es ver por la ventana y percatarme si está
lloviendo o no, para saber cómo será mi jornada laboral: viendo la forma en que
los niños no se mojen por la razón de no tener salones.
Elaborar un recuento de lo que he vivido en estas 4 semanas
no es fácil y vaya que he tenido que ser muy disciplinado con causa. Pero
realmente vale la pena saber que los niños ya no llegan después de las 8:30
horas acompañados de sus padres molestos porque no se les permite el acceso, ya
que deben respetar las indicaciones del reglamento escolar. También es un hecho
loable que ya tengamos teléfono local con conexión a internet (tan necesario
para las labores de oficina y pedagógicas). Tampoco quiero soslayar que ya
existe un escudo representativo para la escuela y con ello, está por hacerse la
credencial para estudiantes y profesores: ¡finalmente habrá identidad con
nuestra institución!
Lo que más me alegra es la reciente llegada de la maestra
del tercer grado, quien resultó ser compañera y amiga de otras dos maestras del
plantel, todas ellas recién egresadas de la Normal Rural Emiliano Zapata de
Amilcingo, Morelos. Ellas se han caracterizado por ser maestras de vocación y
en conjunto con los otros tres maestros, hemos logrado un equipo de trabajo tan
valioso, que la misma comunidad lo ha valorado sobremanera. El Ayuntamiento de
Temixco envió a un profesor de educación
física para impartir 4 horas por semana, mismas que deben distribuirse entre
los 6 grupos de la escuela.
Ya que hablo del Ayuntamiento municipal, debo hacer mención
especial, ya que jamás imaginé que estaría recibiendo apoyo solidario: han enviado
personal para fumigar, descacharrizar, bachear algunos hoyos de las calles,
podar árboles, entre otras acciones. No dejo de agradecer y seguir a la
expectativa de las próximas acciones que podamos emprender en conjunto.
Sin embargo, el martes pasado, mientras me encontraba en
reunión de directores con mi supervisora, recibí una llamada que me dejó muy
desilusionado: ¡habían entrado a robar sillas, mesas y butacas que ocupan mis
alumnos a la intemperie! No podía creerlo. Mi compañera maestra que fue la
encargada de avisarme casi lloraba de frustración e impotencia ante este
pusilánime acontecimiento. Nadie de los directores ni mi jefa podíamos creer
que haya personas con semejante bajeza y sean “capaces” de sustraer lo que no
les pertenece y que es tan evidente como un recurso propio para el proceso de
aprendizaje de los niños.
Esa situación, más que preocuparme, me fortaleció mucho más.
Yo sigo insistiendo: ¡somos más los “buenos” realizando acciones de impacto
positivo por los demás, que los “malos” dispuestos a hacernos tambalear en
nuestros sacrosantos espacios de vida!
Ante estos acontecimientos, me atreví a publicar en mi Facebook
lo ocurrido y mis exalumnos de periodismo rápidamente enviaron mensajes
solidarios y varios de ellos llegaron a mi escuelita para realizar diversos
reportajes y nuevamente insistir sobre la importancia de la construcción de las
aulas para que no tengamos que vivir tales hechos.
Hemos recibido la visita de importantes personajes: la
directora de educación del municipio, policías, bomberos, la regidora de
educación, maestras, maestros, amigos, amigas, y… ¡mi mamá, quien después de
casi 10 años de no estar con un grupo de alumnos, se atrevió a dar una micro clase
para compartir su experiencia con la maestra del primer grado!
Entre mis 205 alumnitos, hay una mención especial para Saúl: un niño de 7 años al cual su papá lo
lleva todos los días con su silla de ruedas, ya que su osteogénesis es cada vez
más complicada y a menudo tiene que faltar debido a realizar sus estudios en la
Ciudad de México. El señor Saúl, papá del niño, es un hombre fuerte, valiente,
comprometido y sobre todo, un individuo que ama y da la vida por sus niños. Le
he pedido que me haga un expediente con todos los antecedentes médicos de su
niño, ante mi esperanza de que alguien pueda apoyar su causa. Fue por Saulito (un día se cayó de su silla de ruedas debido al gran hoyo en la calle) por quien prácticamente un día entero estuve en el Ayuntamiento solicitando el apoyo para el
bacheo, y vaya que lo conseguí.
En estos días he podido finalmente detectar a casos “URGENTES”
por ser atendidos: alumnos reprobados, niños con problemas de lenguaje, vista, problemas
psicológicos, disfunción familiar, casos de omisión de cuidados, higiene,
hábitos de conducta, entre una serie más de problemáticas que estoy seguro me
dedicaré a atender en colaboración con mis compañeros maestros.
Durante el transcurso de la próxima semana estaré
gestionando la llegada de jóvenes universitarios con interés de prestar su
servicio social en mi espacio educativo. ¡Espero que realmente se animen y
tengan ganas de compartir sus anhelos junto conmigo!
¿Al respecto de mis aulas faltantes? Sólo pienso que es
triste que sigue pasando el tiempo y nadie se responsabiliza de una situación
que se soluciona EXIGIENDO a la Inmobiliaria GEO que cumpla con su promesa de
construir las aulas que hacen falta en mi institución para atender a todas las
familias que han llegado a vivir a sus viviendas.
Lamentablemente esa es la forma en que decimos: "VIVA
MÉXICO". Yo no quiero que México "VIVA" en esas condiciones. Y
alzaré la voz para que más se unan a la causa de EDUCAR en el RESPETO para que
ningún niño o joven se convierta en delincuente –como los que entraron a
robarse el mobiliario- sin sentimientos que despojen a otros de lo poco que
tienen.
A la par de mis aulas, son tantas las necesidades que hay en
mi escuelita:
- no hay bebederos de agua potable,
- el cableado de energía eléctrica es muy obsoleto
y la energía no llega con suficiente fuerza,
- los sanitarios son insuficientes y la
inexistencia de un drenaje es urgente resolverla,
- la humedad de los techos y urgencia por
impermeabilizar es notoria,
- la herrería es muy básica y hay temor ante la
reaparición de ladrones,
- el botiquín escolar es muy básico,
- no tenemos extinguidores ni señalamientos de
protección civil,
- y un extenso etcétera…
A pesar de que ya existe una cooperativa escolar y existe un
fondo para utilizarlo ante ciertas necesidades, no es suficiente para resolver
tales emergencias.
También he recorrido diversas instancias públicas y
privadas, dejando oficios y más oficios para solicitar apoyo solidario: DIF,
UAEM, CONALEP, directores-dueños de escuelas públicas y privadas (para que donen sus mobiliarios de baja) Congreso
del Estado (específicamente 3 diputados), Fundación Lupita… ¡Son apenas 4
semanas y ya llevo casi 50 oficios girados a las diferentes áreas y/o personas visitadas!
¿Y yo? Simplemente he reaprendido una gran lección: ¡estoy donde
debo de estar! Acá los títulos académicos, estancias y publicaciones arbitradas
no son más que meros adornos. Es mi trabajo, compromiso, vocación, valentía y
fe, lo que deben impactar en el liderazgo que procuro ejercer en esta
comunidad. No sé cuánto tiempo dure mi gestión, lo que si estoy seguro es que
nunca antes me sentí tan agradecido con mis padres, mis hermanos, mis amigos,
mis colegas y otras tantas personas por creer en mí y darme lo mejor que
alguien puede dar a otra persona: ¡su confianza, ejemplo y cariño!
Estoy en el camino, sigo organizándome todavía más, no
quiero perderme en el trayecto, al contrario… ¡me estoy rodeando de las mejores
experiencias y personas para sacar adelante a mi institución educativa!
Me he hecho una muy especial promesa: no ocuparé mi tiempo y
energías en las personas o situaciones que obstaculizan mi desempeño; serán
simplemente una oportunidad para reemprender el plan trazado. Hoy, cuando la gente me dice “DIRECTOR” más
que sentirlo como un sustantivo condecorativo, lo tomo como la mayor
responsabilidad que he desempeñado hasta la fecha.
Y también hoy viernes toca… recordar que precisamente,
gracias a lo previamente expuesto, es cuando más me fortalezco y lucho por ser
un mejor maestro, colega, líder, y sobre todo, un mejor MEXICANO...