Jamás me imaginé que ocurriría. En cuanto la tuve entre mis brazos, de la nada empezaron a rodar lágrimas y no me podía controlar.
Es una sensación indescriptible, única, milagrosa.
Hoy, después de muuucho esperar, finalmente mi Andy o Liz... la pude cargar. Fue ir al cielo y regresar en un instante.
Estoy muy emocionado, es un acto de amor tan grande cuando sus ojitos se posan en los tuyos y se quedan contemplándote, esperando que de ti surjan palabras de amor. En mí, ocurrió y no supe contenerme.
Sigo temblando, sigo vibrando y estoy aún con grandes emociones encontradas.
Gracias Dios por ponerme en este instante, justo ahora que más lo necesitaba.
Pá, tu nieta es hermosa y todos sabemos que estás orgulloso de tu familia. Lo sentimos y nos dormimos pensando en ti, todos los días.
Seguimos en oración, mientras tanto las de cocodrilo, siguen fluyendo y dejándonos una tranquilidad necesaria.
Saludos. Desde trasntienda, como siempre...
CARLOS SIERRA
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