EXORDIO...
Carlos Sierra

Y un día te ves de frente
y te preguntas:
¿quién soy?
Simplemente no hay respuestas.

Te miras distinto, y estas absorto
y desconoces incluso el color de tu mirada...

Todo ha cambiado,
porque ya no eres tú mismo,
ya eres otro,
el que siempre quisiste,
el que anhelabas.

Ya se han ido los días de amarguras,
ahora sabes que tienes un plan y otro y otro...
Sólo es cuestión de creerlo,
y saberlo,
y tatuarlo
hasta en el lugar más escondido de tu alma.

A pesar de haber partido el tronco del árbol,
extiendes tus ramas y volteas al infinito para
ser mejor que ayer en nombre de ese motivo.

Lo que queda eres tú mismo,
y de repente no te agobias
porque sabes que la vida sigue
y no se detiene.

Entonces no dudas,
te tomas de la mano con el corazón
de alguien más
y empiezas tu camino esperando encontrar
lo que no has descubierto,
todo eso que no es posible
lograrlo con la receta de un libro.

Pero... ¿y ellos?

Ellos, de 6 a 7 pueden ser otros,
no respondas,
sólo respira.

No, no te dejes detener,
no regreses al punto de
partida.
Estás salvo,
no huyas de ti mismo.

¿Quién soy?
¡Sí, repítelo!
Lo que por favor no te preguntes,
te aconsejo,
es dónde quedaron todos
esos sueños...

Sin embargo, con tanto que te das
puedes causar cierto miedo,
ocasionas incertidumbres
y mueves hasta al más sereno.

Y te dices: ¿seré acaso yo el que está muerto?

La gente siempre tiene hambre,
aliméntalos.
Dáles tu sonrisa y
si encuentras una persona
intuitiva y humanista,
ahí detente,
no analices como antes,
sólo entrega.

Entrega lo que eres
y si te dicen que les agobias,
no te apures,
no es tu pena.
Mejor sigue en ese camino.

No creas en destinos
ni en las suertes,
todo ya
está decidido...
¡Justo para ti hay muchos planes!
Y hay estrellas y un Saturno
que entregarte
en una noche especial
de todo y nada.

Platica,
abraza,
ríe,
acompaña,
pero principalmente,
ama,
incondicionalmente
ama,
no dejes de ser tú mismo
ni un instante.

Tú decides.

Está
di
cho
.