abril 01, 2010

Pá, mi amadísimo pá...


Nada mitiga el dolor de tu partida...
así, como ave emprendiste tu vuelo,
alzaste las alas y viste al infinito.
Yo, tan solo, quieto, contemplaba
tu luz radiante e inmensa.
Vivirás en mi aliento,
en mi risa,
en el mar,
en los ojos de mamá,
en el abrazo de Alex,
en los consejos de Berna.
Te quedaste indeleble en
mi esencia, en mis actos.
Eres el héroe que siempre
admiraré, el rey mago impuntual
al cual agradecer su detallado amor.
Te amo, pá, te amaré por sobre
todas las cosas.
Nunca dejaré de pensar en ti y
honrar tu nombre.
Gracias, Dios te bendiga y me
permita alcanzar tus pasos...
Tu hijo chocoteto...
CaRLoS!

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