octubre 13, 2010

Esta tarde...


Escucho un cuento narrado por alguien desconocido.

Es la clase de mi maestra favorita y me doy cuenta que ha pasado tanto tiempo desde la última ocasión en que escribí algo para este espacio.

Seguramente me perdí porque no tanto qué decir que no me pude centrar en algo en particular.

Hoy estoy especialmente sensible. Ayer volví a ver la muerte de cerca. La partida de la mamá de una gran amiga. No estábamos preparados. Difícil. Dolió.

La abracé y le dije: "entiendo todo"...

Y por enésima vez recordé a mi pá, lo sentí cerca de mí y le pedí que cuidara de esa má que llega

como nueva al cielo de los pás... Sé que mi pá lo hizo y la señora seguramente se encontró con más gente amada.

El viento, el ocaso, los árboles, un remanso...

Estoy escribiendo y sé que me siento más sensible. La muerte no juega. Simplemente llega.

Yo no le temo, no le he temido desde que mi pá se fue.
Hoy mis flores ya no son más que para mí mismo y ya no para nadie más...
Las flores son simplemente un arquetipo de lo que representa ir más allá...

Ya me siento más tranquilo. Mi pá me ha abrazado y sé que está a mi lado.

Nunca te dejo de sentir, amadísimo pá

Y este pequeño texto también es para ti, viejito hermoso.

Te amo.

CARLOS.

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