noviembre 26, 2010

Las de cocodrilo...


Jamás me imaginé que ocurriría. En cuanto la tuve entre mis brazos, de la nada empezaron a rodar lágrimas y no me podía controlar.

Es una sensación indescriptible, única, milagrosa.

Hoy, después de muuucho esperar, finalmente mi Andy o Liz... la pude cargar. Fue ir al cielo y regresar en un instante.

Estoy muy emocionado, es un acto de amor tan grande cuando sus ojitos se posan en los tuyos y se quedan contemplándote, esperando que de ti surjan palabras de amor. En mí, ocurrió y no supe contenerme.

Sigo temblando, sigo vibrando y estoy aún con grandes emociones encontradas.

Gracias Dios por ponerme en este instante, justo ahora que más lo necesitaba.

Pá, tu nieta es hermosa y todos sabemos que estás orgulloso de tu familia. Lo sentimos y nos dormimos pensando en ti, todos los días.

Seguimos en oración, mientras tanto las de cocodrilo, siguen fluyendo y dejándonos una tranquilidad necesaria.

Saludos. Desde trasntienda, como siempre...

CARLOS SIERRA

No hay comentarios: