septiembre 20, 2013

¡Hoy viernes... toca!


Toca celebrar un mes exacto en que inicié mis funciones en forma como director de mi escuela primaria. Y aclaro que es un mes, aunque mi oficio de comisión indique que desde el 16 de junio pasado fui asignado a ocupar tan digno cargo.

Son tantas las emociones y sobre todo, las situaciones que he experimentado desde ese lunes 19 de agosto, fecha que jamás olvidaré: decir a dos grupos (casi 80 niños) que sus “AULAS” serían los árboles… ¡no se me borrará jamás de mi corazón! Yo mismo me sorprendo todos los días, que al despertarme lo primero que hago es ver por la ventana y percatarme si está lloviendo o no, para saber cómo será mi jornada laboral: viendo la forma en que los niños no se mojen por la razón de no tener salones.



Elaborar un recuento de lo que he vivido en estas 4 semanas no es fácil y vaya que he tenido que ser muy disciplinado con causa. Pero realmente vale la pena saber que los niños ya no llegan después de las 8:30 horas acompañados de sus padres molestos porque no se les permite el acceso, ya que deben respetar las indicaciones del reglamento escolar. También es un hecho loable que ya tengamos teléfono local con conexión a internet (tan necesario para las labores de oficina y pedagógicas). Tampoco quiero soslayar que ya existe un escudo representativo para la escuela y con ello, está por hacerse la credencial para estudiantes y profesores: ¡finalmente habrá identidad con nuestra institución!

Lo que más me alegra es la reciente llegada de la maestra del tercer grado, quien resultó ser compañera y amiga de otras dos maestras del plantel, todas ellas recién egresadas de la Normal Rural Emiliano Zapata de Amilcingo, Morelos. Ellas se han caracterizado por ser maestras de vocación y en conjunto con los otros tres maestros, hemos logrado un equipo de trabajo tan valioso, que la misma comunidad lo ha valorado sobremanera. El Ayuntamiento de Temixco envió a un profesor  de educación física para impartir 4 horas por semana, mismas que deben distribuirse entre los 6 grupos de la escuela.

Ya que hablo del Ayuntamiento municipal, debo hacer mención especial, ya que jamás imaginé que estaría recibiendo apoyo solidario: han enviado personal para fumigar, descacharrizar, bachear algunos hoyos de las calles, podar árboles, entre otras acciones. No dejo de agradecer y seguir a la expectativa de las próximas acciones que podamos emprender en conjunto.

Sin embargo, el martes pasado, mientras me encontraba en reunión de directores con mi supervisora, recibí una llamada que me dejó muy desilusionado: ¡habían entrado a robar sillas, mesas y butacas que ocupan mis alumnos a la intemperie! No podía creerlo. Mi compañera maestra que fue la encargada de avisarme casi lloraba de frustración e impotencia ante este pusilánime acontecimiento. Nadie de los directores ni mi jefa podíamos creer que haya personas con semejante bajeza y sean “capaces” de sustraer lo que no les pertenece y que es tan evidente como un recurso propio para el proceso de aprendizaje de los niños. 

Esa situación, más que preocuparme, me fortaleció mucho más. Yo sigo insistiendo: ¡somos más los “buenos” realizando acciones de impacto positivo por los demás, que los “malos” dispuestos a hacernos tambalear en nuestros sacrosantos espacios de vida!

Ante estos acontecimientos, me atreví a publicar en mi Facebook lo ocurrido y mis exalumnos de periodismo rápidamente enviaron mensajes solidarios y varios de ellos llegaron a mi escuelita para realizar diversos reportajes y nuevamente insistir sobre la importancia de la construcción de las aulas para que no tengamos que vivir tales hechos.

Hemos recibido la visita de importantes personajes: la directora de educación del municipio, policías, bomberos, la regidora de educación, maestras, maestros, amigos, amigas, y… ¡mi mamá, quien después de casi 10 años de no estar con un grupo de alumnos, se atrevió a dar una micro clase para compartir su experiencia con la maestra del primer grado!

Entre mis 205 alumnitos, hay una mención especial  para Saúl: un niño de 7 años al cual su papá lo lleva todos los días con su silla de ruedas, ya que su osteogénesis es cada vez más complicada y a menudo tiene que faltar debido a realizar sus estudios en la Ciudad de México. El señor Saúl, papá del niño, es un hombre fuerte, valiente, comprometido y sobre todo, un individuo que ama y da la vida por sus niños. Le he pedido que me haga un expediente con todos los antecedentes médicos de su niño, ante mi esperanza de que alguien pueda apoyar su causa. Fue por Saulito (un día se cayó de su silla de ruedas debido al gran hoyo en la calle) por quien prácticamente un día entero estuve en el Ayuntamiento solicitando el apoyo para el bacheo, y vaya que lo conseguí.

En estos días he podido finalmente detectar a casos “URGENTES” por ser atendidos: alumnos reprobados, niños con problemas de lenguaje, vista, problemas psicológicos, disfunción familiar, casos de omisión de cuidados, higiene, hábitos de conducta, entre una serie más de problemáticas que estoy seguro me dedicaré a atender en colaboración con mis compañeros maestros.

Durante el transcurso de la próxima semana estaré gestionando la llegada de jóvenes universitarios con interés de prestar su servicio social en mi espacio educativo. ¡Espero que realmente se animen y tengan ganas de compartir sus anhelos junto conmigo!

¿Al respecto de mis aulas faltantes? Sólo pienso que es triste que sigue pasando el tiempo y nadie se responsabiliza de una situación que se soluciona EXIGIENDO a la Inmobiliaria GEO que cumpla con su promesa de construir las aulas que hacen falta en mi institución para atender a todas las familias que han llegado a vivir a sus viviendas.

Lamentablemente esa es la forma en que decimos: "VIVA MÉXICO". Yo no quiero que México "VIVA" en esas condiciones. Y alzaré la voz para que más se unan a la causa de EDUCAR en el RESPETO para que ningún niño o joven se convierta en delincuente –como los que entraron a robarse el mobiliario- sin sentimientos que despojen a otros de lo poco que tienen.

A la par de mis aulas, son tantas las necesidades que hay en mi escuelita:
  •     no hay bebederos de agua potable,
  •     el cableado de energía eléctrica es muy obsoleto y la energía no llega con suficiente fuerza,
  •     los sanitarios son insuficientes y la inexistencia de un drenaje es urgente resolverla,
  •    la humedad de los techos y urgencia por impermeabilizar es notoria,
  •    la herrería es muy básica y hay temor ante la reaparición de ladrones,
  •    el botiquín escolar es muy básico,
  •    no tenemos extinguidores ni señalamientos de protección civil,
  •    y un extenso etcétera…


A pesar de que ya existe una cooperativa escolar y existe un fondo para utilizarlo ante ciertas necesidades, no es suficiente para resolver tales emergencias.
También he recorrido diversas instancias públicas y privadas, dejando oficios y más oficios para solicitar apoyo solidario: DIF, UAEM, CONALEP, directores-dueños de escuelas públicas y privadas (para que donen sus mobiliarios de baja) Congreso del Estado (específicamente 3 diputados), Fundación Lupita… ¡Son apenas 4 semanas y ya llevo casi 50 oficios girados a las diferentes áreas y/o personas visitadas!

¿Y yo? Simplemente he reaprendido una gran lección: ¡estoy donde debo de estar! Acá los títulos académicos, estancias y publicaciones arbitradas no son más que meros adornos. Es mi trabajo, compromiso, vocación, valentía y fe, lo que deben impactar en el liderazgo que procuro ejercer en esta comunidad. No sé cuánto tiempo dure mi gestión, lo que si estoy seguro es que nunca antes me sentí tan agradecido con mis padres, mis hermanos, mis amigos, mis colegas y otras tantas personas por creer en mí y darme lo mejor que alguien puede dar a otra persona: ¡su confianza, ejemplo y cariño!

Estoy en el camino, sigo organizándome todavía más, no quiero perderme en el trayecto, al contrario… ¡me estoy rodeando de las mejores experiencias y personas para sacar adelante a mi institución educativa!

Me he hecho una muy especial promesa: no ocuparé mi tiempo y energías en las personas o situaciones que obstaculizan mi desempeño; serán simplemente una oportunidad para reemprender el plan trazado.  Hoy, cuando la gente me dice “DIRECTOR” más que sentirlo como un sustantivo condecorativo, lo tomo como la mayor responsabilidad que he desempeñado hasta la fecha.

Y también hoy viernes toca… recordar que precisamente, gracias a lo previamente expuesto, es cuando más me fortalezco y lucho por ser un mejor maestro, colega, líder, y sobre todo, un mejor MEXICANO...





No hay comentarios: